A través del programa “Gestión Social y Comunal” que atiende a 152 adultos mayores entre 60 y 97 años

Lugarda tiene 87 años, es profesora de corte y confección, nació en 1932 en Baquedano y vivió la mayor parte de su vida en la misma casa donde creció, pero que tuvo que dejar el año 2007 por el terremoto que afectó a la región ese año.

Es parte de una familia de cinco hermanos y tuvo seis hijos, una de ellas falleció y sus demás familiares están en otras ciudades. Vive sola, y es la “regalona” del programa dirigido a los adultos mayores de la comuna, que atiende anualmente a 152 hombres y mujeres entre los 60 y 97 años que residen en Sierra Gorda y Baquedano.

La vecina Lugarda tiene movilidad reducida, por lo que disfruta de la visita de otros vecinos que habitualmente pasaban a saludarla y del equipo municipal preocupado por su bienestar, “pero con esto de la  pandemia, están todos encerrados, o trabajando ocupados y ya no vienen. Viene la asistente social y mi sobrina que me trae comida, por eso me gusta que vengan de la municipalidad porque ya no tengo con quien conversar, la pura tele”, explica Lugarda.

Además del programa habitual de atención, que incluye dos visitas domiciliarias a la semana, según precisó la directora de Desarrollo Comunitario-Dideco-, Yasna Quispe,  el municipio reforzó el trabajo con este grupo de vecinos durante la crisis sanitaria.

“Hacemos visitas domiciliarias, los lunes miércoles y viernes, nuestros profesionales van acompañados con un monitor que trabaja con el adulto mayor. Los entrevistan respetando distancia social y medidas de seguridad, sobre sus necesidades de alimentación, de higiene, de salud. Sobre todo, porque necesitan conversar con alguien ahora que no pueden salir y están más solos”, recalcó la directora.

En la comuna, la mayoría de los adultos mayores viven con sus familias, pero hay 4 casos de personas que viven solos, a quienes el municipio lleva atención diaria para controlar sus estados de salud, y  si es necesario gestionar atenciones con el equipo médico municipal, o asistirlos en otras necesidades como alimentación o compra de remedios.

“Este programa de atención especial por la crisis sanitaria nos tiene trabajando con mayor constancia y permanencia ya que ellos son población de riesgo, y el alcalde nos instruyó estar más pendientes de ellos prestando mayor atención”, agregó Yasna Quispe.

Envejecimiento activo

Otro programa de Dideco en donde participan activamente los vecinos y vecinas mayores de 60 años, y que está funcionando bajo la modalidad “teletrabajo”, según explicó la directora, es el de empleabilidad. En donde 39 adultos mayores realizan labores de jardinería en sus casas, con la preparación de almácigos, que pasada la crisis sanitaria, serán trasplantados a espacios públicos de la comuna, para hermosear las áreas verdes.

El municipio les entrega material didáctico, tierra de hoja y semillas con las cuales trabajan y además ponen en práctica los aprendizajes de cursos anteriores realizados por el municipio. “Esto a largo plazo podría generarles ingresos y les aporta al envejecimiento activo ya que el hecho de tener una responsabilidad los saca de la rutina de estar encerrados”,

Además de este apoyo sico-social, también se les entregan cajas de alimentos, productos de higiene, remedios, atención de salud y ayuda para trámites como pensiones básicas, postulación a bonos, subsidio de agua, entre otras gestiones que se pueden realizar on line.

Apoyo vecinal

Gladys Urquieta tiene 70 años, nació en la oficina Algorta y llegó cuando niña a Baquedano, es presidenta del Club del Adulto Mayor y una activa participante del programa “Gestión social y comuna”, y ha sido testigo del crecimiento de la comuna y del trabajo del municipio con este grupo de vecinos a lo largo de los años.

“Ha habido muchos cambios, antes no había municipio ni nada formal, éramos un grupo de  vecinos quienes cuidábamos a los adultos mayores, nos hacíamos cargo de los velorios y de lo que necesitarán. Incluso mandábamos a hacer los cajones al frente al Ferrocarril o les llevábamos al practicante”, relató la vecina.

Según reconoce, esta situación cambio durante las últimas administraciones municipales y se ve más preocupación de parte del alcalde y del equipo del municipio, ya que ella vive sola y es visitada por los profesionales de Dideco, quienes durante la pandemia van tres veces a la semana, lo que Gladys valora, “más ahora que mis hijos trabajan afuera, paso sola y  no he podido participar de actividades del municipio porque no se puede hacer nada” concuyó Gladys.

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